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1) Don Cornelius, su presentador y director, epítome del Hombre de Negocis Negro Comprometido que además podía bailar, una figura de importancia pareja a James Brown o Berry Gordy en el retomar las riendas de la comunidad negra americana.
2) Los músicos: desde su primer show en 1970 (para el que Cornelius usó a viejos amigos que le debían favores, como Curtis Mayfield, B.B.King o Jerry Butler) por su escenario pasaban todos los artistas importantes del 70’s soul y funk: O’Jays, Al Green (sus apariciones live en el show quitan el hipo), Barry White (lo mismo, y con una orquesta de 40 miembros), Aretha Franklin, t-o-d-o-s; incluyendo algunos blancos como Bowie o Elton John, que se arrodillaron para salir en él.
Y finalmente 3) Los bailarines. Soul Train era tan popular que sus bailarines terminaron convertidos en estrellas por derecho propio. O quizás funciona al revés: los bailarines, el formato de público anónimo meneándose en el plató, hicieron célebre a Soul Train. El bailar haciendo pasillo -hoy común, casi obligatorio, en todas las bodas negras- surgió en el programa, y allí se forjaron algunas estrellas con futuro en otros campos (como la muy mollar Rosie Pérez). Soul Train no escatima crítica, especialmente al considerar que Cornelius y su show nunca supieron aceptar al hip hop (Kurtis Blow admite que el desdén del presentador casi le hunde), pero también ensalza como se merece a uno de los iconos televisivos de la negritud USA. Soulies, funkeros, moddybodys, hiphoppers y todas las hierbas de inclinación soulera: no se la pierdan. Fue el viaje más molón de América.
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