viernes, 11 de diciembre de 2009

Los Experimentos de Norah.

Norah y su madre vivieron en Nueva York hasta que la niña cumplió cuatro años. Entonces se mudaron a Grapevine (cerca de Dallas, Texas), donde vivió hasta los veinte. En su casa nunca faltaron discos de los clásicos del blues y del jazz: Billie Holiday, Etta James, Aretha Franklin, Ray Charles, Bill Evans, Joni Mitchell… A la influencia musical materna hay que sumar la que recibió de su abuela, una apasionada del recio country de los outlaws, desde Hank Williams a Willie Nelson.

Norah empezó a estudiar canto y se sumó al coro de la iglesia para cantar gospel, al tiempo que iniciaba las clases de piano y saxofón (a los siete). Estaba lejos de ser una alumna modelo: era bastante vaga y dejó el estudio varias veces. Sin el esfuerzo de su madre, su abuela, y sus profesores Renetta Frisque y Julie Bonk, probablemente hubiese abandonado el camino musical.

Cuando creció se matriculó en una escuela de artes y nunca faltaba en las actuaciones para cumpleaños y concursos musicales. Su primer contacto con el jazz lo tuvo en Dallas, al ingresar en su adolescencia en el Instituto Broker T. Washirable. En 1996 y 1997 ganó varios premios de interpretación y composición para estudiantes. Al finalizar el instituto entró en la Universidad de North Texas, donde estudió piano y teoría en el programa de jazz. Allí se especializó en teclado de jazz y formó su primer grupo. De ahí pasó a tocar el piano y cantar regularmente en un restaurante italiano.
Con veinte años cumplidos, Norah volvió a Nueva York para unas breves vacaciones y ya no quiso volver a Texas, para disgusto de su madre. Poco antes había tomado contacto con un grupo de músicos de aquella ciudad y quedó prendada. Una vez en “La gran manzana”, pronto hizo pie en el fértil circuito de garitos de conciertos de Greenwich Village y colaboró con diversas bandas. Durante dos años se ganó la vida cantando en salones de jazz, almuerzos y happy hours, muchas veces ante menos de quince personas y cobrando sólo de las propinas que les daban los parroquianos. Sin embargo, en esa época supo que quería vivir de cantar en vivo y que iba a hacer todo lo posible por lograrlo. Abandonó la universidad, empezó a escribir sus propias canciones, formó parte del combo de funk fusion, Wax Poetic, y finalmente montó su propio grupo con el bajista Lee Alexander, el guitarrista y compositor de Don’t Know Why, Jesse Harris, y el baterista Dan Rieser. Por esa época se estabilizó como cantante en el club nocturno The Living Room

En uno de esos conciertos la escuchó Shell White, miembro de la discográfica EMI, una noche del año 2000. Le gustó lo que oía y le pidió un demo con sus canciones. Éste se lo llevó a su amigo Bruce Lundvall, director de Blue Note, el reputado sello de jazz. Y acertó, porque esa compañía estaba en la búsqueda de nuevos artistas.

La propuesta de Norah no podía ser más tentadora: una voz joven y sugerente, plena de cálida sensualidad, cantando casi como si desvelara algún íntimo secreto. Lundvall la contrató con haber escuchado apenas tres canciones de ese cassette y le encargó al productor Craig Street que trabajara el material de Norah y la rodeara con instrumentistas de lujo. El resultado, mucho más pop que la versión final, no convenció a nadie y Lundvall le encargó a su productor estrella, Arif Mardin, una nueva versión, que se concentrara en la voz. El paquete estaba listo y Come Away With Me, su debut discográfico, salió a la venta en febrero de 2002, sin campañas masivas, ni un hit agresivo sonando en todas las radios. Sin embargo, el boca a boca hizo su trabajo y el disco se empezó a vender cada vez más. Para el otoño ya había sobrepasado el millón de copias vendidas y todos estaban maravillados. También se convirtió en platino en Holanda, Australia, Portugal y Hong Kong; doble platino en Gran Bretaña, Irlanda y Singapur; y quíntuple platino en Nueva Zelanda. El total de ventas alrededor del mundo sobrepasa los 18 millones de copias. Además, fue la gran triunfadora de la 45 edición de los Grammy entregados en 2003, con sus ocho estatuillas ganadas, incluidas mejor álbum, canción, disco del año y mejor artista novel, siendo la gran sorpresa de la noche ya que prácticamente le arrebató 3 estatuillas de la mano a Eminem, incluido el de disco del año, ya que según las apuestas favorecían a Eminem.

Dos años después de la publicación de su álbum de debut, Come Away with Me, regresó con Feels Like Home, un disco donde Norah se acercó a la música que tanto le influenció su abuela el country, consiguiendo el mismo resultado que su anterior trabajo y como era de esperar llegaría, en el 2007, Not Too Late, un disco donde la propio Norah se refiere a el como más oscuro que sus anteriores trabajos, pero hay algo que no cambía por muchos discos que haga, su voz y su talento, y si no solo tenéis que escuchar The Fall, su nuevo disco de estudio. Disfrutarlo.

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